La transición de monos a seres humanos pudo haber sido provocado, en parte, por la necesidad de estar en dos piernas con el fin de llevar con seguridad bebés más pesados. Este teoría de la evolución de las especies por Lia Amaral, de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, acaba de ser publicada en línea en la revista Springer, Naturwissenschaften.
Por seguridad, las crías de los primates se aferran a la piel desde el nacimiento y su supervivencia depende de ello. Los recién nacidos se aferran al estómago de la madre, a menudo con apoyo adicional. Meses más tarde, los bebés se llevan generalmente en la espalda del cuerpo de la madre y mantienen este patrón durante años. Sin embargo, la necesidad de llevar a los recién nacidos en condiciones de seguridad impone límites en el peso de los mismos.
Mediante un detallado análisis de la forma mecánica en como los diferentes tipos de monos, gibones, orangutanes y gorilas llevan a sus jóvenes, analizando las propiedades del pelo, agarre infantil, densidad de pelo en el adulto y la posición del infante, Amaral demostró una relación entre el peso del recién nacido, la fricción del cuerpo y el ángulo que garantiza la seguridad en los recién nacidos. Y demostró ademas que la forma de llevar a los bebes no es compatibles con el bipedismo.
Sugiere que la caída del cabello en el cuerpo de los primates podría haber interpuesto el caminar erguidos como una consecuencia necesaria, a través de la fuerte presión selectiva de la seguridad infantil, ya que no pueden aferrarse a los pelos en el cuerpo de su madre. También llega a la conclusión de que esta evolución tiene consecuencias importantes para la hembra de la especie. De hecho, se liberan a los brazos y las manos de los hombres y los menores, pero las mujeres aun los tienen ocupados con sus crías. Esta restricción en los movimentos limita la recolección de alimentos por parte de la hembra y puede haber sido el origen de la cooperación en grupo.
Sacado del material original: Amaral LQ (2007). Mechanical analysis of infant carrying in hominoids. Naturwissenschaften (DOI 10.1007/s00114-007-0325-0).
Por seguridad, las crías de los primates se aferran a la piel desde el nacimiento y su supervivencia depende de ello. Los recién nacidos se aferran al estómago de la madre, a menudo con apoyo adicional. Meses más tarde, los bebés se llevan generalmente en la espalda del cuerpo de la madre y mantienen este patrón durante años. Sin embargo, la necesidad de llevar a los recién nacidos en condiciones de seguridad impone límites en el peso de los mismos.
Mediante un detallado análisis de la forma mecánica en como los diferentes tipos de monos, gibones, orangutanes y gorilas llevan a sus jóvenes, analizando las propiedades del pelo, agarre infantil, densidad de pelo en el adulto y la posición del infante, Amaral demostró una relación entre el peso del recién nacido, la fricción del cuerpo y el ángulo que garantiza la seguridad en los recién nacidos. Y demostró ademas que la forma de llevar a los bebes no es compatibles con el bipedismo.
Sugiere que la caída del cabello en el cuerpo de los primates podría haber interpuesto el caminar erguidos como una consecuencia necesaria, a través de la fuerte presión selectiva de la seguridad infantil, ya que no pueden aferrarse a los pelos en el cuerpo de su madre. También llega a la conclusión de que esta evolución tiene consecuencias importantes para la hembra de la especie. De hecho, se liberan a los brazos y las manos de los hombres y los menores, pero las mujeres aun los tienen ocupados con sus crías. Esta restricción en los movimentos limita la recolección de alimentos por parte de la hembra y puede haber sido el origen de la cooperación en grupo.
Sacado del material original: Amaral LQ (2007). Mechanical analysis of infant carrying in hominoids. Naturwissenschaften (DOI 10.1007/s00114-007-0325-0).
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