Las gemelas, llamadas Olivia e Isabella, compartieron la misma placenta y por ende el mismo suministro sanguíneo en el vientre. Ambas tenían las mismas células pre-cancerosas en la sangre. Solo Olivia, a quien le diagnosticaron leucemia a los 2 años de edad, tuvo los agregados genéticos que hicieron que las células pre-leucémicas se volvieran cancerosas, según científicos de la Universidad de Oxford, Inglaterra.
Los hallazgos, publicados en la revista Science, suman nuevas pruebas que apoyan la teoría que está ganando adeptos entre los investigadores de que un pequeño número de células madre que rodean a las cancerosas son las culpables reales que contribuyen
a su crecimiento.
Las niñas sirvieron como una “especie de máquina del tiempo”, afirmó en una entrevista Tariq Enver, que encabezó el estudio. “Pudimos retroceder en el tiempo, llegar hasta el día uno” y ver cómo se desarrolló el cáncer. Anteriormente los científicos habían demostrado que la forma más común de cáncer infantil, la leucemia aguda linfoblástica (pdf), se debe con frecuencia a la fusión de dos genes. Cuando se unen, se forma una proteína híbrida, llamada TEL-AML1.
Enver y sus colegas confirmaron que el híbrido tenía relación con el cáncer de Olivia, y que desempeñó un papel en convertir a las células sanguíneas normales en células madre pre-cancerosas. Estos precursores del cáncer pueden encontrarse latentes en la médula ósea o desarrollarse hasta convertirse en células madre con leucemia, como parece haber ocurrido en el caso de Olivia, dijo Enver.
El descubrimiento permitirá a los investigadores elaborar medicamentos que puedan centrarse en esas células e intervenir tempranamente ya sea para evitar la enfermedad o para curar más rápidamente la leucemia infantil. Vaskar Saha, profesor de Pediatría y Oncología de Cancer Research, señaló que el estudio “aumenta la esperanza de poder identificar el riesgo de recaída en los niños tratados con quimioterapia y desarrollar medicinas eficaces”.
Fuente: EFE
Los hallazgos, publicados en la revista Science, suman nuevas pruebas que apoyan la teoría que está ganando adeptos entre los investigadores de que un pequeño número de células madre que rodean a las cancerosas son las culpables reales que contribuyen
a su crecimiento.
Las niñas sirvieron como una “especie de máquina del tiempo”, afirmó en una entrevista Tariq Enver, que encabezó el estudio. “Pudimos retroceder en el tiempo, llegar hasta el día uno” y ver cómo se desarrolló el cáncer. Anteriormente los científicos habían demostrado que la forma más común de cáncer infantil, la leucemia aguda linfoblástica (pdf), se debe con frecuencia a la fusión de dos genes. Cuando se unen, se forma una proteína híbrida, llamada TEL-AML1.
Enver y sus colegas confirmaron que el híbrido tenía relación con el cáncer de Olivia, y que desempeñó un papel en convertir a las células sanguíneas normales en células madre pre-cancerosas. Estos precursores del cáncer pueden encontrarse latentes en la médula ósea o desarrollarse hasta convertirse en células madre con leucemia, como parece haber ocurrido en el caso de Olivia, dijo Enver.
El descubrimiento permitirá a los investigadores elaborar medicamentos que puedan centrarse en esas células e intervenir tempranamente ya sea para evitar la enfermedad o para curar más rápidamente la leucemia infantil. Vaskar Saha, profesor de Pediatría y Oncología de Cancer Research, señaló que el estudio “aumenta la esperanza de poder identificar el riesgo de recaída en los niños tratados con quimioterapia y desarrollar medicinas eficaces”.
Fuente: EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario